Cuando Gabriel García Márquez salió de Colombia, entendió pronto algo valioso para su obra literaria: necesitaba el Caribe para escribir. Cada vez que sentía algún tipo de bloqueo en la escritura coincidía con que llevaba mucho tiempo lejos del Caribe. Entonces buscaba de inmediato el pedazo de Caribe más cercano, porque le parecía, menos mal, que el Caribe era similar en todas partes. Había para él un factor que hermanaba esa franja del planeta. Quizás el mar. O el aire. O el olor. O el carácter de su gente. Nosotros creemos que es el clima. La humedad y las altas temperaturas del Caribe imponen cierta urgencia en la escritura. Y es una urgencia que se superpone con la urgencia misma de la vida. No lo creemos, en realidad. Nos lo estamos inventando ahora como excusa. Pero sí debe haber algo de cierto en esta idea: si uno logra escribir una historia en el calor apabullante del Caribe, la hipertrofia de un músculo secreto le hará posible escribir una historia en cualquier parte.

En el primer laboratorio de narrativa expandida, Escribir con calor, intentaremos comprobarlo. 

El guion, el cuento, la novela y la crónica requieren habilidades y conocimientos únicos. Pero, como historias, tienen más o menos los mismos elementos: estructura, personajes, ritmo, estilo, punto de vista… Escribir con calor es un espacio para que los asistentes, con perfiles e intereses distintos, aprendan del oficio del otro y encuentren soluciones a los problemas de sus propios textos.

Será una semana de trabajo intensivo, al lado del mar, con clases magistrales, asesorías personalizadas y sesiones de trabajo grupal. Prometemos que habrá calor e ideas suficientes para que expandan sus proyectos narrativos.